Acidosis láctica: La acidosis láctica es una complicación metabólica muy rara, pero grave (alta mortalidad en ausencia de tratamiento inmediato). Los factores de riesgo incluyen diabetes mal controlada, cetosis, ayuno prolongado, ingesta excesiva de alcohol, infección grave, insuficiencia hepática y cualquier condición asociada con hipoxia como la insuficiencia cardiaca descompensada, infarto agudo de miocardio o el uso concomitante con medicamentos que pueden causar acidosis láctica (como inhibidores nucleósidos de la transcriptasa reversa [NRTIs].
La acidosis láctica puede ocurrir debido a acumulación de metformina. Casos reportados de acidosis láctica en pacientes tratados con metformina han ocurrido principalmente en pacientes diabéticos con insuficiencia renal aguda o empeoramiento agudo de la función renal. Por lo tanto, se debe prestar especial atención a las situaciones en las que la función renal puede deteriorarse agudamente, por ejemplo, en caso de deshidratación (diarrea severa o prolongada o vómito) o cuando se inicia el uso de fármacos que pueden deteriorar agudamente la función renal (como antihipertensivos, diuréticos o AINEs que pueden deteriorar agudamente la función renal.
En las condiciones agudas mencionadas, metformina debe ser inmediata y temporalmente discontinuada.
Los siguientes síntomas no específicos pueden ser signos de acidosis láctica: por ejemplo, calambres musculares, trastornos digestivos como dolor abdominal y astenia grave.
La acidosis láctica está caracterizada por disnea acidótica, dolor abdominal e hipotermia seguida de coma. El diagnóstico de laboratorio consiste en un pH sanguíneo por debajo de 7.35, niveles de lactato plasmático por arriba de 5mmol/L, y un aumento en la brecha aniónica y en la relación lactato/piruvato. En caso de acidosis láctica, el paciente debe ser hospitalizado inmediatamente.
Los médicos deben alertar a los pacientes sobre riesgo y síntomas de la acidosis láctica.
Los pacientes deben ser instruidos para inmediatamente buscar atención médica y dejar de tomar metformina.
Metformina debe ser inmediatamente discontinuada, al menos temporalmente, hasta que la situación sea aclarada.
La reintroducción de metformina debe ser discutida tomando en cuenta la relación riesgo/beneficio de manera individual, así como también la función renal.
Función renal: Dado que la metformina se excreta por el riñón, se recomienda que la depuración de creatinina (esto se puede estimar a partir de los niveles de creatinina sérica usando la fórmula de Cockcroft-Gault) o la TFGe se determinen antes de iniciar el tratamiento y periódicamente a partir de entonces por lo menos: anualmente en pacientes con función renal normal, cada 3 a 6 meses en pacientes con depuración de creatinina entre 45 y 59 mL/min o TFGe 45 y 59 mL/min/1.73 m2 y en sujetos de edad avanzada, cada 3 meses en pacientes con depuración de creatinina entre 30 y 44 mL/min o TFG entre 30 y 44 mL/min/1.73 m2. En estos casos, también se recomienda comprobar la función renal antes de iniciar el tratamiento con metformina.
Función cardíaca: Los pacientes con insuficiencia cardiaca tienen un mayor riesgo de hipoxia e insuficiencia renal. En pacientes con insuficiencia cardiaca crónica estable, la metformina puede ser utilizada con un seguimiento regular de la función cardiaca y renal.
Pacientes pediátricos: El diagnóstico de la diabetes mellitus tipo 2 se debe confirmar antes de iniciar el tratamiento con metformina.
Ningún efecto de metformina en el crecimiento y en la pubertad no se ha detectado durante los ensayos clínicos controlados de un año de duración, pero no están disponibles datos a largo plazo sobre estos puntos específicos. Por lo tanto, se recomienda un seguimiento cuidadoso de los efectos de la metformina sobre estos parámetros en niños tratados con metformina, especialmente en niños pre-púberes. Solamente 15 individuos con edades comprendidas entre 10 y 12 años fueron incluidos en los estudios clínicos controlados realizados en niños y adolescentes. Aunque la eficacia y seguridad de metformina en niños menores de 12 años no difieren de la eficacia y seguridad en niños mayores, se recomienda especial precaución se prescriba a los niños de edades comprendidas entre 10 y 12 años.
Se recomienda que todos los pacientes continúen su dieta con una distribución regular de la ingesta de carbohidratos durante el día y que los pacientes con sobrepeso continúen su dieta restringida en energía.
Se recomienda que las pruebas de laboratorio habituales para el control de la diabetes se realicen con regularidad.
La metformina sola no provoca hipoglucemia, aunque se recomienda precaución cuando se usa en combinación con insulina, sulfonilureas o meglitinidas.
La monoterapia con metformina no causa hipoglucemia y por lo tanto no tiene ningún efecto sobre la capacidad de conducir o manejar maquinaria. Sin embargo, se recomienda que los pacientes sean alertados del riesgo de hipoglucemia cuando la metformina se utiliza en combinación con otros agentes antidiabéticos como las sulfonilureas, insulina o meglitinidas. La administración intravascular de medios de contraste yodados en exámenes de radiodiagnóstico puede conducir a insuficiencia renal. Esto puede inducir a la acumulación de metformina y puede exponer a la acidosis láctica. Por lo tanto, la metformina debe suspenderse 48 horas antes de la prueba en pacientes con depuración de creatinina por debajo de 45 mL/min o TFGe por debajo de 45 mL/min/1.73 m2 por administración intravenosa, o en pacientes con depuración de creatinina por debajo de 60 mL/min o TFGe por debajo de 60 mL/min/1.73 m2 por administración intraarterial. La metformina no se puede reiniciar hasta 48 horas después, y sólo después de que la función renal haya sido reevaluada y no se haya deteriorado aún más.
Se recomienda control glucémico especialmente al inicio del tratamiento con medicamentos con actividad hiperglucemiante intrínseca como: glucocorticoides y tetracosactidas, agonistas- beta2, danazol y clorpromazina a dosis > a de 100 mg por día y diuréticos considerando ajustar la dosis de metformina.
Además del efecto hiperglucemiante de los diuréticos especialmente de asa, con su uso se puede aumentar el riesgo de acidosis láctica debido a su potencial para disminuir la función renal.